Una año más Utrera llenó sus calles para acompañar a María Auxiliadora, como cada 24 de mayo hace haga calor, amenace lluvia, sea día festivo o laboral. Y es que la ciudad hace de ese día una gran fiesta para la que se engalanan las calles del recorrido, que se tiñen de celeste y rosa.
A las 19:30 horas se abrían las puertas de la Basílica de María Auxiliadora y comenzaba a salir el extenso cortejo que configuraba la Procesión de la Virgen de Don Bosco. Los más pequeños del colegio vestidos de angelitos, niños y niñas de comunión, profesores del centro, Consejo de Hermandades y Cofradías, representación de Aldaba, ADS, Asociación de María Auxiliadora, Antiguos Alumnos, Salesianas y los seises ante el paso de María Auxiliadora.
La Banda de Música Álvarez Quintero acompañaba el paso de la Virgen exornado con flores blancas. Las obras que se están realizando en un tramo de la calle Menéndez Pelayo provocó un pequeño cambio en el recorrido de la procesión, que en lugar de discurrir por Preciosa para llegar al Colegio el Divino Salvador de las Salesianas, tuvo que adentrarse por Fray Cipriano de Utrera hasta Perafán de Rivera. Allí el paso de la Virgen vivió el momento más emotivo e intenso, pues fue recibida con los cantos del coro en su honor y entre vivas se produjo una enorme petalada.
El Altozano engalanado para la ocasión con banderolas celestes y rosas veían el triunfal paso de la procesión que antes de adentrarse en la Calle Ancha, se detuvo ante las puertas de la Capilla de San Francisco.
Por último, la Calle Ancha engalanada con arcos gloriosos, servían de pórtico a la triunfal recogida de la Virgen Salesiana. Fuegos Artificiales, entremezclados con “Tú, mi Auxiliadora” y “Encarnación Coronada” pusieron el final a esta jornada mariana en Utrera.
