Un año más Utrera llenó sus calles para acompañar a María Auxiliadora, como cada 24 de mayo haga calor, amenace lluvia, sea día festivo o laboral. Y es que la ciudad hace de ese día una gran fiesta para la que se engalanan las calles del recorrido inundadas de celeste y rosa.
A las 19:00 horas se abrían las puertas de la Basílica de María Auxiliadora y comenzaba a salir el extenso cortejo que configuraba la Procesión de la Virgen de Don Bosco. Los más pequeños del colegio vestidos de angelitos, niños y niñas de comunión, profesores del centro, Consejo de Hermandades y Cofradías, representación de Aldaba, ADS, Asociación de María Auxiliadora, Antiguos Alumnos, Salesianas, Hermandad de Los Estudiantes y los seises.
La Banda de Música Álvarez Quintero acompañaba el paso de la Virgen. Las obras que se están realizando en la Glorieta de Pío XII obligó a hacer un pequeño cambio en el recorrido de la procesión, que siguió por San Juan Bosco para dirigirse a Álvarez Hazañas donde llegó la primera petalada a María Auxiliadora. Este año volvió a vivirse uno de los momentos más intensos ante el colegio Divino Salvador de las Salesianas y de ahí hasta Perafán de Rivera, donde volvió a vivirse la emoción con el paso de la Virgen que fue recibida con los cantos del coro en su honor y, entre vivas, se produjo una enorme petalada.
El Altozano engalanado para la ocasión con banderolas celestes y rosas veían el triunfal paso de la procesión que antes de adentrarse en la Calle Ancha, se detuvo ante las puertas de la Capilla de San Francisco.
Por último, la Calle Ancha engalanada con arcos gloriosos, servían de pórtico a la triunfal recogida de la Virgen Salesiana cuyo paso se detuvo y giró ante la casa que acogió a los primeros salesianos en su llegada a Utrera en 1881. Fuegos Artificiales, entremezclados con “Encarnación Coronada” pusieron el final a esta jornada de fiesta mariana en Utrera.
