Si el año pasado, tras la Semana Santa, la imagen de Nuestro Padre Jesús atado a la Columna de la Hermandad de la Vera Cruz de Utrera era restaurado por Pedro Manzano, este 2023 será la Virgen de los Dolores de dicha hermandad la que sea trasladada al taller del especialista en conservación y restauración.
Con tal motivo, en la tarde del Domingo de Resurrección, la dolorosa utrerana estuvo expuesta en veneración en el interior de la capilla de San Francisco para que sus devotos pudieran despedirse de Ella.
Solo hace unos días, Pedro Manzano ofrecía toda la información que, hasta este momento posee, y explicaba cómo se plantea esta actuación.
Hasta ahora se han realizado 10 radiografías de alta resolución y 2279 cortes tomográficos y se ha podido ver que en el interior hay sobre 238 elementos metálicos, algunos oxidados, así como la existencia de 22 piezas de madera en las que no se aprecia ni carcoma ni proliferación de hongos.
En cuanto a la policromía la ausencia de protección ha hecho que esta sufra con el uso de elementos metálicos, como por ejemplo los alfileres al vestir a la imagen.
Será un equipo multidisciplinar el que participe durante la restauración y, a diferencia de las intervenciones anteriores, esta se abordará desde el punto de vista científico a través de los estudios previos y los que se realizarán durante la restauración.
Pedro Manzano ha planteado la restauración en dos líneas de actuación. Por un lado de carácter conservativo cuya finalidad es la de eliminar los daños existentes a nivel estructural y funcional y por otro “la aplicación de los tratamientos de restauración que contribuyan a la restitución material y presentación estética de la imagen”.
También, ha recomendado la creación de una Comisión en la Hermandad para que esta haga el seguimiento de los trabajos durante los cuatro meses que se ha planteado la restauración, así como hacer un seguimiento anual por si precisara labores de mantenimiento.
La Virgen de los Dolores es una talla anónima del siglo XVII que se atribuye al círculo de Pedro Roldán y Serrallola (nieto del famoso escultor Pedro Roldán). En 1923 fue remodelada por Antonio Castillo Lastrucci quien actuó en la imagen en dos ocasiones antes de 1936.
En 1950 Sebastián Santos realiza otra intervención y la última que se conoce es la de 2012 a cargo de Manuel Martín Nieto. A estas hay que sumar que Encarna Hurtado arregló la rotura de un dedo de la mano izquierda del juego principal.