En la mañana de ayer los Reyes Magos de Utrera hicieron su habitual recorrido por la localidad visitando distintas entidades del municipio. En estas visitas los Magos de Oriente, acompañados por su séquito de pajes, repartieron regalos e ilusión entre los más pequeños, y esperanza y buenas intenciones entre los mayores.
El recorrido comenzó con la visita a las Madres Carmelitas en su convento, donde las religiosas los recibieron con gran entusiasmo. Sus Majestades presentaron sus respetos a las monjas a través de su Heraldo, y éstas obsequiaron a todos los presentes con un hermoso cántico.
Tras esto, y siempre en sus carruajes, los Reyes se desplazaron al convento de las Hermanas de la Cruz. Tras esperar a que finalizase la misa, los Reyes accedieron a la iglesia y avanzaron hasta el nacimiento colocado por las religiosas delante del altar, ante el cual se arrodillaron e hicieron sus plegarias. Tras esto, el séquito real con los monarcas a la cabeza accedió a la capilla particular de las monjas en el interior del convento, donde los pajes depositaron presentes ante la representación del Niño Jesús y las hermanas ofrecieron sus mejores cantos a todo el séquito.
La siguiente cita fue con las autoridades locales. Los carruajes llegaron al Ayuntamiento ante una gran expectación y entraron en una sala de plenos abarrotada con la presencia de gran cantidad de niños de la Asociación de Personas con Discapacidad “Virgen de Consolación”(APDIS,).
Tras ser saludados por el alcalde, Francisco Jiménez, los Reyes tomaron asiento en tanto que Francisco Javier Palacios, un joven de la asociación APDIS, dedicó unas emotivas palabras a sus Majestades.
Acto seguido tomó la palabra el rey Baltasar, quien mostró su deseo de transmitir la mayor ilusión posible a todos los utreranos y, muy especialmente, a los niños de la localidad.
Francisco Jiménez, por su parte, también dirigió unas palabras a los presentes, en las que quiso agradecer a la asociación “Maestro Milla” la organización de la Cabalgata. En el acto el regidor utrerano hizo entrega de las llaves de la ciudad y de un pergamino, a modo de recordatorio de tan memorable día, a los Magos de Oriente.
El comedor social de “El Resucitado” fue la siguiente parada. Los Reyes fueron recibidos por gran cantidad de niños cuyas miradas denotaban gran ilusión. Tras entrar y tomar asiento, fue Gaspar el que dirigió unas breves palabras a los presentes, después de lo cual se inició la entrega de regalos a los pequeños. Acto seguido sus Majestades fueron invitadas a visitar las instalaciones del comedor social, donde el encargado les explicó su funcionamiento.
Tras el comedor de “El resucitado”, las carruajes de los Reyes se dirigieron al local de la Asociación de Padres de Niños “Acéptalos”, donde menores con discapacidad recibieron a sus Majestades con gran emoción. También aquí los Magos de Oriente repartieron regalos entre los pequeños y mostraron su lado más humano al darles a los ilusionados niños grandes muestras de cariño.
El itinerario continuó con la visita a la sede de la Cruz Roja en Utrera, donde los Reyes Magos repartieron juguetes entre los pequeños inmigrantes allí alojados, amigos y familiares de los voluntarios, quienes recibieron el afecto de todos los allí congregados y las canciones del Coro «Al Compás» del CEPER Hnos. Machado que dirigió Manolo García.
También los Reyes de Oriente pasaron por el Parque de Bomberos, que se encuentra en el edificio anexo al de la Cruz Roja, donde pudieron saludar al personal que estaba de guardia y repartir algunos regalos a los niños presentes.
Tras la Cruz Roja y el Parque de Bomberos, sus Majestades se dirigieron al centro de la Asociación “APUDES” de discapacitados psíquicos, donde procedieron de nuevo al reparto de presentes, protagonizando emotivas escenas y colmando de alegría a los ilusionados receptores de los obsequios. También puso la pincelada de color el coro de la familia Arcenegui con sus cantos de navidad dedicado a los Reyes Magos.
Para finalizar su recorrido matinal, los Reyes Magos visitaron la Residencia de Ancianos situada en la barriada de La Mulata, donde nuestros mayores los recibieron con gran expectación y cariño. Sus Majestades les correspondieron obsequiándoles con regalos y grandes muestras de afecto.
