El riesgo de agua, afortunadamente, desapareció el Miércoles Santo permitiendo que, al fin, pudiese comenzar la Semana Santa utrerana y pudiéramos presenciar la primera estación de penitencia completa.
La Hermandad de Los Aceituneros celebró su misa de preparación por la mañana y los nervios se notaban en los hermanos que miraban el cielo utrerano esperanzados.
Puntualmente a las 19:00 horas se abrieron las puertas de la Parroquia de Santa María de la Mesa y el numeroso público que esperaba en el porche pudo ver la Cruz de Guía.
Expectación y ganas había en la calle de ver a esta Hermandad que se ha convertido en la que ha abierto la Semana Santa en Utrera. Largas las filas de nazarenos blancos que iban llenando las calles de su barrio.
Por fin se podía contemplar la bellísima imagen de Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna, que ha pasado diez meses fuera de casa en el taller de Pedro Manzano donde ha sido sometido a su restauración. En el respiradero frontal el recuerdo a uno de los hermanos fundadores fallecido el pasado año, Francisco García, en forma de lazo negro.
Con los sones de VeraCruz de Utrera se iniciaba el caminar del Señor por Utrera.
Pero todos los ojos estaban puestos en la Virgen de la Paz, exornado su paso con rosas blancas y, también, llevando luto por Francisco García. La Señora del Miércoles Santo llevaba en su candelería una vela con la bandera belga y lazo negro en memoria de los 34 fallecidos en el atentado terrorista del pasado martes en Bélgica. También la vela que se pide por la Paz en el mundo, habitual ya en esta Hermandad, y otra con motivo del Año de la Misericordia.
Tras la complicada salida del palio, en la calle Padre Miguel Román, recibió la primera petalada María Santísima de la Paz.
A pesar del frío que hizo en la noche, nadie quería irse a casa y acompañaron a la hermandad hasta su recogida, viviendo momentos muy emotivos a lo largo de su recorrido.