La Hermandad Muchachos de Consolación sigue inmersa en las tareas de construcción de su casa hermandad, tarea ahora compartida con las propias de la Cuaresma.
El objetivo de la hermandad para este 2020 era el de finalizar la construcción de la nave para realizar en ella la limpieza de los enseres y el montaje de los pasos, así como la oficina, de forma provisional.
Igualmente se ha terminado de lucir la fachada de la casa que da a la Avenida de Italia. Actualmente se está finalizando toda la instalación eléctrica e iluminación y se ha comenzado la construcción de los baños.
De momento, tanto la primera como la segunda planta queda a la espera de poder continuar las obras, que se desea puedan retomarse lo antes posible.
“La primera planta -como explicaba el tesorero de la hermandad, Alberto Leal- constará de dos dependencias. Una se destinará a Mayordomía y Secretaría, y la otra a sala para reuniones, mientras que la segunda planta quedará para almacenamiento del ajuar de María Santísima de la Amargura y las ropas de acólitos. También se habilitará una sala de costura”.
“Quedaría por finalizar el enlucido de la fachada que da al Paseo de Consolación y enriquecer la de la Avenida de Italia y la espadaña que recoge el proyecto original”, añadía Leal.
Sin duda todo esto se está haciendo posible gracias a hermanos que voluntaria y generosamente trabajan para que el sueño de tener esta casa hermandad se haga realidad, pero aún hace falta más, es por ello que se siguen realizando eventos y campañas de donativos que permitan a la hermandad seguir acometiendo las siguientes fases.
En estos momentos se ha puesto en marcha una campaña mediante la cual, todo el que desee contribuir con la obra, puede adquirir por 15 céntimos de euro un ladrillo simbólico. Además está previsto la celebración del concierto “Esencia Flamenca” de marchas procesionales, en el Santuario de Nuestra Señora de Consolación, el próximo 4 de abril a las 19:00 horas.
El donativo para dicho concierto es de 6 euros, que la hermandad destinará, a partes iguales, a la restauración del retablo del Santuario y a la construcción de su casa hermandad.
Alberto Leal ha expresado su agradecimiento a todas las personas que han hecho posible que este proyecto, que comenzaba a fraguarse en 2004, esté viendo la luz. Con un recuerdo muy especial a Pepe Chaves, ya fallecido, que era el hermano mayor que firmó la cesión de los terrenos con el Ayuntamiento de Utrera.