Día grande en Utrera el 8 de septiembre, festividad de la Virgen de Consolación. Jornada de devociones, rezos, cantos y vivas a la Señora que no solo protagonizan los utreranos sino miles de personas que llegan desde distintos puntos de la provincia.
La celebración de la festividad de Nuestra Señora de Consolación comenzaba muy pronto pues a las doce en punto de la noche se encendía la lámpara de aceite en recuerdo al origen de esta devoción universal de más de cinco siglos.
Pero lo más emotivo y bonito de ver es la constante llegada de peregrinos en la madrugada del 7 al 8 de septiembre y es cuando se puede comprobar la gran devoción que es Consolación de Utrera.
A la 1 de la madrugada se celebraba la primera de las misas del día, dedicada a las peregrinaciones de Los Palacios, Mairena del Alcor, Arahal, El Viso del Alcor, Puerto Serrano, Paradas, Morón, Dos Hermanas y Montellano, mientras las visitas de devotos de la patrona de Utrera se seguían sucediendo en el Santuario.
De las peregrinaciones más esperadas es la del pueblo de Los Molares que, tras salir de la localidad a las 4:30 horas, llegaba a las 07:00 horas para la celebración de la Eucaristía ante la imagen de Nuestra Señora de Consolación, oficiada por D. Óscar Uwitonze, Párroco de la Parroquia de Santa Marta de Los Molares.
También a las 7 de la mañana, salía desde la Parroquia de Santa María de la Mesa el Rosario de la Aurora, en el que participaban las hermandades de Penitencia, Gloria y Sacramentales así como devotos de la Santísima Virgen. A las 8 de mañana y presidida por D. Juan José Gutiérrez Galeote, director del colegio salesiano de Utrera, celebraba la Eucaristía a la llegada del Rosario de la Aurora.
El acto central fue la Función Solemne concelebrada que a las 12 del mediodía y con la participación de las autoridades civiles y militares, el clero utrerano y Hermandades presidida por D. Joaquín Reina Sousa, párroco de Santa María de la Mesa y rector del Santuario, con homilía a cargo de D. Marcelino Manzano Vílches y en la que intervendrá el coro Auxilium con la dirección de D. Juan Manuel Espinosa.
La Eucaristía finalizó con el canto de la Salve y vivas a la Reina de Utrera, la Virgen de Consolación.