El Jueves Santo es en Utrera una larga jornada cargada de contrastes y que se vive con toda intensidad. Tres Hermandades hacen estación de Penitencia con estilos y características bien diferenciadas.
De la calle La Fuente hace su salida procesional la de la Santísima Trinidad con dos pasos, Santísimo Cristo de los Afligidos y Nuestra Señora de los Desamparados, que por unas horas abandona su barrio para llegar al centro de Utrera y lo hace con su tradicional paso por el Arco de la Villa sin el que no se entendería en Utrera un inicio de Jueves Santo.
Desde horas antes de su paso comienza a llenarse de espectadores esta zona y magnífico fue el paso de la Trinidad allí, a pesar de la dificultad que tiene pasar por debajo del arco.
Otro punto álgido es el regreso a casa por el parque del Muro y, este año, se completó la recogida con el estreno de la Salve a la Virgen de los Desamparados con el que se culminaba una gran Estación de Penitencia.
Y mientras esta hermandad hace su paso por Carrera Oficial, de la Parroquia de Santiago el mayor comienza la salida del Redentor Cautivo y la virgen de las Lágrimas que llenan de Silencio las calles de la ciudad. Riguroso el caminar de esta Hermandad e impecable.
Poco después comienza la “Madrugá” con la salida de la Hermandad de Los Gitanos que trae la alegría y la Esperanza. Además de su tradicional visita a la Hermandad de la VeraCruz, este año recuperaba el paso por la Vereda que dejó momentos llenos de emoción y que difícilmente podrán olvidar las personas que allí se congregaban sabiendo que algo grande se viviría allí.
Visita a las Hermandades de Jesús Nazareno y Los Estudiantes entrando el palio de la Virgen de la Esperanza en la capilla de San Bartolomé y en la Basílica de María Auxiliadora para continuar su recorrido hasta recogerse en Santiago el Mayor, sin que el frío de la madrugada utrerana restara público a sus calles.
