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Utrera

Intenso fin de semana de fervor y emociones alrededor de la Virgen de Consolación en Utrera

Después de 9 años, la Virgen de Consolación ha bajado de nuevo al pueblo para visitar las parroquias y capillas utreranas durante tres días. Jornadas históricas que han dejado momentos emotivos cargados de fe y devoción a la patrona y Alcaldesa Perpetua de Utrera.

Tal como se había anunciado en los días previos, debido a la ola de calor, los horarios y las misas del Triduo se han cambiado, a pesar de ello a la Virgen no le ha faltado el calor del pueblo de Utrera en su recorrido que se ha mantenido en su integridad según estaba previsto.

El punto final a este intenso fin de semana lo ponían, el 1 de mayo, día del 59 aniversario de la coronación canónica de Nuestra Señora de Consolación, el Pontifical celebrado en el interior de la Parroquia de Santa María de la Mesa, a las 9:30 horas, y la procesión de regreso al Santuario.

El calor se convirtió en el protagonista de la larga procesión que finalizaba alrededor de las 16:30 horas. Pero aún así la patrona fue masivamente acompañada durante las horas que duró esta. Cohetes y repiques de campanas anunciaron que la Virgen estaba ya en la calle y comenzaba el discurrir por el barrio de Santa María para llegar al centro de la ciudad.

Cantes y petaladas, antes de llegar a la capilla de San Francisco, lugar en el que se realizó el ofrecimiento a la Virgen de las Hermandades utreranas y la banda de la Vera Cruz puso sus sones.

Hermandades utreranas, un año más formó parte del cortejo la Hermandad de la Sed de Sevilla y, este año, se ha unido la de las Nieves de Los Palacios dado que la Hermandad de Consolación de Utrera será la madrina de la coronación de la patrona de Los Palacios. También acompañaron el discurrir de la procesión representantes de la Corporación Municipal con el alcalde a la cabeza, el Jefe de la Policía Local de Utrera y de la Guardia Civil.

Los sones de la Asociación Musical Álvarez Quintero acompañaron a la Virgen al igual que los cantos en su honor, en lugares como la calle Ancha donde también recibió una lluvia de pétalos.

Tras más de cinco horas de procesión la Virgen de Consolación entraba en el Santuario donde recibirá a los fieles esperando que dentro de 4 años regrese a visitar su pueblo.

Se culminaban así, cuatro jornadas históricas que comenzaban el viernes, 28 de abril, con una eucaristía en el Santuario en la que participó el “Hermano Pablo”, Pablo Noguera Aledo, que fuera secretario personal del ya desaparecido Arzobispo de Sevilla, D. Carlos Amigo Vallejo.

Una vez concluida la misa, entre repiques de campanas, aplausos y vivas a la Virgen, aparecía por las puertas de su Santuario, en andas, la patrona de Utrera.

El primer lugar que habría de visitar la Virgen de Consolación sería la Residencia para Mayores Reifs, en la Barriada de La Mulata, donde la esperaban impacientes un gran número de mayores residentes y algunas personas más que quisieron acompañarlos.

Allí tuvo lugar la Unción de Enfermos, de manos del rector del Santuario, Joaquín Reina; y su Vicario Parroquial, Jesús García Martín. Fue el Coro de Amigas de Utrera el que ofreció varios cánticos en honor a la Virgen.

Hasta ese punto, el cortejo había estado acompañado por la sección de metales de la Agrupación Musical Muchachos de Consolación

Desde “La Mulata” la procesión, acompañada por un gran número de personas y las autoridades, que desde el principio formaron parte del cortejo, se encaminó hacia la Capilla de la Virgen de Fátima, pasando antes por “Las Veredillas” donde se vivieron momentos muy emotivos con las vecinas y los vecinos del barrio.

Ya en la capilla, abarrotada de personas, fue recibida por la Hermana Mayor, Soledad Panadero; quien se congratulaba en nombre de su Hermandad de Fátima por la visita tan largamente esperada por ellos ya quela última vez que estuvo la Virgen de Consolación en la capilla fue hace 16 años con motivo del V Centenario de su llegada a Utrera.

Dentro de la Capilla también se vivieron momentos muy emotivos, especialmente cuando Dolores Bravo, acompañada a la guitarra por Pepe Caro cantó, de manera magistral y muy personal, la plegaria a la Virgen de Consolación que creara para Utrera y popularizara para siempre Enrique Montoya.

Desde Las Veredillas, pasando por la puerta de los Estudios de UVITEL, por la Barriada de San Joaquín, La Vereda y la Plaza de los Ángeles, el cortejo llegó, sobre las 12 y media de la noche, a la Parroquia de San José, para concluir su primer día de Triduo Itinerante.

Allí en San José, a la entrada del templo, la Virgen de Consolación fue recibida por el párroco del lugar, Mariano Escobar Crespo, quien se hizo acompañar por Pedro Sola Sola, párroco de la Iglesia de Nuestra Señora de Consolación de El Coronil y D. Manuel Ruiz Blanco, diácono utrerano, así como Joaquín Marrufo, Hermano Mayor de la Hermandad del Rocío de Utrera con gran parte de su Junta de Gobierno y el Coro de la Hermandad.

La bienvenida musical a la Virgen la puso el Coro de la Hermandad del Rocío de Utrera, que con sevillanas y cánticos a María Santísima pusieron el momento de color y simpatía a su llegada. Una vez dentro, la Virgen fue colocada en el lugar previsto para que que estuviera en veneración todo el sábado y para celebrar el segundo día de Triduo

El sábado, tras la eucaristía en San José, la patrona de Utrera salía a la calle para seguir visitando la ciudad. El Ayuntamiento fue su primera escala, allí la esperaban dos incesantes lluvias de papelillos celeste y blanco y una extraordinaria “petalada” realizada con unas 6.000 rosas, según calcularon algunas expertos.

El momento más emotivo en esta espectacular parada se vivió cuando Consolación García Segovia interpretó la plegaria a la Virgen de Consolación de Enrique Montoya.

Seguidamente el cortejo puso rumbo a la Capilla de San Bartolomé, donde el hermano Mayor, Antonio del Castillo Morales; dio la bienvenida a la comitiva.

A continuación, la Virgen se dirigió a la Capilla de Nuestra Señora del Carmen, del Colegio Salesiano, donde fue recibida por un templo totalmente abarrotado.

A continuación, la procesión puso rumbo al Barrio de Santa María para acercarse a la Capilla de los Dolores, donde las Hermanas de La Cruz, las niñas, mujeres y hombres que tanto se relacionan con la congregación pusieron la nota más emocionante de todo el recorrido cuando hicieron “florecer” una cruz preparada al efecto poniéndole unas rosas de papel mientras sonaba una musica “celestial” que hizo el silencio y el respeto durante todo el acto.

Ya en el Arco de la Villa, la Virgen se dirigió a la Capilla de La Trinidad, a través del Parque del Muro. Ya metido en la madrugada, sobre la una y media, llegó a una capilla muy engalanada con banderines azules y blanco, y a través de unas bengalas de humo rojo que tiñeron de pasión el momento del paso de la Virgen al interior de iglesia.

Para finalizar la noche, la Virgen fue recibida en Santiago por una sencilla, pero emotiva, función de fuegos artificiales, que ponía la luz en la penumbra con la que se produjo la entrada de la Virgen en la iglesia del Apostol Santiago, quien con su callao en la mano fue testigo del encuentro entre la Patrona y el Cristo de Santiago, Patrón de Utrera, en el centro del altar mayor.

Allí, en Santiago, quedó la Señora en espera del tercer y último día de Triduo en el que, después de la Eucaristía, sería trasladada a la Parroquia de Santa Maria de la Mesa.

El domingo, sería el día con el recorrido más corto pues solo habrían de recorrerse los pocos metros que separan la Parroquia de Santiago de la de Santa María de la Mesa.

En este tercer día, la Virgen visitaría la iglesia de la Purísima Concepción del convento de las Madres Carmelitas donde se celebró el acto de la Consagración a la Virgen de la vida religiosa.

Tras discurrir por las calles engalanadas del centro de la ciudad con el acompañamiento musical dividido entre la Banda de Cornetas y Tambores Nuestro Padre Jesús Nazareno y la Agrupación Musical Muchachos de Consolación, el cortejo se adentró en su recta final de camino hacia la Parroquia de Santa María de la Mesa, donde se vivieron dos de los momentos más destacados y emotivos.

El primero de estos momentos fue la parada ante el ventanal de la casa del hermano mayor de la Hermandad de Nuestra Señora de Consolación, Rafael Rojas, que por problemas de salud no ha podido asistir a estos actos, y recibió el saludo de la patrona de Utrera.

El segundo fue el paso del cortejo por la engalanada calle Preciosa hasta las mismas puertas de la parroquia, donde un grupo de utreranos regalaron a la Virgen de Consolación sus cánticos de salve y sevillanas dedicados a Ella.

Estos acompañados de pétalos, fuegos artificiales y repiques de campanas pusieron el colofón a esta jornada memorable.

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