Expectación en un repleto patio de butaca del Enrique de la Cuadra para escuchar a Francisco Pérez Ropero anunciar la llegada de la Semana Santa de Utrera, y es que Paco Ropero desde que fue nombrado pregonero, cada vez que tuvo ocasión señalaba que su Pregón seria una oración. Y así fue.
Con rigurosa puntualidad, a las 12 del mediodía comenzaban los primeros acordes de «Santísimo Cristo del Desamparo y Abandono», marcha de Paco Herrera y elegida por el pregonero para abrir el Pregón de la Semana Santa de Utrera 2018.
Tras la interpretación de la Banda Sinfónica Unión Musical de Utrera llegaba el turno al presentador Juan Gutiérrez, pregonero que fue en 2014 y que el ahora pregonero fue encargado de presentar, intercambio de papeles y Juan Gutiérrez, pasaba a presentar a su amigo, a su compadre, destacando el lado más humano y personal de Paco.
Sus recuerdos de niñez, su vinculación a la Hermandad de Los Aceituneros, su trabajo en el Consejo de Hermandades y su sentir salesiano. Resumen de una joven vida en 17 minutos fue lo que realizó el presentador.
“Amarguras” de Font de Anta, himno de la Semana Santa, sirvió para que Paco fuear templando los nervios.
Y llegó el momento. Desde un principio el pregonero mostró claramente cual iba a ser su Pregón. Se presentó ante todos como el barro «minúsculo e insignificante» que está en mano del Dios Alfarero que moldea a los hombres. Sentida y honda reflexión con la que comenzar.
Tras esta introducción el protocolario saludo a autoridades y cofrades que en esta ocasión incluyó a los jóvenes.
Y comenzaba la oración de Paco Ropero. El Padrenuestro, la oración que el propio Jesús nos enseñó y con cada frase, una reflexión teniendo como base a los distintos Cristos, que componen nuestra Semana Mayor.
Jesús, Oración, Borriquita, Cristo del Amor, Cautivo, Cristo del Perdón, Atado a la Columna de San Francisco, Cristo de los Afligidos, de la Buena Muerte todos ellos sirvieron para que este particular Padrenuestro se fuera convirtiendo en las poesías que iban conformando este particular pregón.
Paco siguió con su voz cadenciosa y sin estridencias buscando el final de su obra y con un largo poema nos fue presentando de bella forma a las distintas advocaciones marianas de nuestra Semana Mayor, Piedad, Amargura, Dolores, Angustias, Lágrimas, Desamparados, Ángeles, Veredas, Esperanza y Concepción. Ese fue el Amén con el que finaliza la oración y simbolizado en María.
Y le tocaba a la Muerte, a la que invitaba a mirar “con los ojos de un niño” y explicó una anécdota de un niño que viendo a la Urna le dijo al padre que “Jesús no está muerto, estará dormido, porque mañana resucita”.
Si el comienzo fue el Padrenuestro, la Salve fue el final. Salve rezada a Consolación, María Auxiliadora y Paz aceitunera, fue este el punto final a losa algo más de 50 minutos en los que Paco Ropero rezó su pregón a Utrera.
Con los Himnos de Andalucía y Nacional finalizaba este acto con el que comienza la cuenta atrás para la celebración de una nueva Semana Santa.