El jueves 12 de diciembre se estrenó en el Círculo Mercantil e Industrial de Sevilla la muestra Artistas para una coronación, una exposición benéfica a favor de la obra social de la Coronación Canónica de la Divina Pastora.
Esta muestra de más de 150 obras de arte de 50 artistas andaluces pretende reunir de sus ventas, los máximos fondos posibles para la obra social de la Coronación Canónica de la Divina Pastora, cuyas beneficiarias son las Parroquias de la Blanca Paloma y Candelaria, el Colegio de las Calasancias, y el Colegio de las Jesuitinas.
Entre los artistas destaca la joven utrerana, Andrea Rueda, que ha presentado una obra titulada Logos. Es una meditación estética y teológica sobre el misterio de la Encarnación, profundamente inspirada en la tradición barroca y la técnica de Guido Reni. La inscripción latina “Et Verbum Caro Factum Est” (“Y el Verbo se hizo carne”) articula el eje conceptual de esta pieza, aludiendo a Cristo como el Logos, el principio racional que ordena y sostiene el cosmos, encarnado para reconciliar lo finito con lo infinito.
“Me inspiro en el pensamiento de Santo Tomás de Aquino, donde el Logos es el Verbo eterno, la expresión perfecta del intelecto divino, que en la Encarnación asume nuestra naturaleza para redimirla. Este misterio se materializa en mi obra a través de una simbología meticulosamente orquestada: el círculo de pan de oro, difuminado para irradiar luminosidad, alude a la eternidad y omnipresencia divina, mientras envuelve la corona de espinas como símbolo de la majestad que trasciende el sufrimiento humano”, manifiesta la artista.
El claroscuro, técnica esencial del barroco, estructura un diálogo entre luz y sombra que expresa el tránsito del pecado hacia la redención. La luz, como manifestación divina según Aquino, emerge desde el fondo dorado para consagrar a Cristo como la lumen mundi, iluminando incluso la oscuridad más profunda. El fondo rojo, intenso y vibrante y con textura, refuerza el sacrificio y el amor absoluto, vinculándolo al martirio y al Espíritu Santo.
“Logos no es simplemente una representación devocional, sino una invitación a la contemplación del misterio de la Encarnación, donde razón y trascendencia confluyen. En esta obra, el Verbo eterno desciende a la carne para revelar la lógica divina que sostiene y redime el mundo”.
Andrea Rueda
Nacida en Sevilla en 2000, Andrea Rueda Mauriño destaca por su sensibilidad hacia la pintura, que desde temprana edad le valió reconocimiento en diversos concursos. Inspirada por el tenebrismo y el barroco, encuentra en maestros como Caravaggio y José de Ribera referencias estéticas y espirituales. Su obra explora la tensión entre luz y sombra, donde la penumbra simboliza el pecado y el sufrimiento, mientras la luz encarna la redención divina, siguiendo la idea de Santo Tomás de Aquino sobre la luz como manifestación de la presencia divina.
Italia, especialmente Roma, ha influido profundamente en su arte, nutriéndolo con la atmósfera sacra de los grandes maestros. Inspirada por los místicos cristianos como Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, Andrea concibe la pintura como un viaje espiritual, un encuentro entre lo humano y lo eterno. Su formación incluye estudios con Alejandro Parra y la guía de Borja Mielgo, discípulo de la Academia de Florencia, cuyas enseñanzas aportan una dimensión clásica a su obra.
Para Andrea, la pintura es una llamada divina, una forma de plasmar la voluntad de Dios. Su arte, profundamente espiritual, invita al espectador a contemplar el tránsito desde la penumbra del sufrimiento hacia la luz de la redención, en un diálogo íntimo entre lo terrenal y lo trascendente.