Óscar Molino García, un joven deportista de 12 años nacido en Utrera, ha demostrado que la determinación y la pasión pueden superar cualquier obstáculo. Desde su infancia, el deporte ha sido parte esencial de su vida, lo que lo ha llevado a destacar en el triatlón y otras disciplinas adaptadas.
Nació con una malformación congénita que impidió la formación completa de su pie derecho y peroné, lo que llevó a los médicos a recomendar la amputación cuando tenía ocho meses. Con tan solo 13 meses, ya caminaba con una prótesis y, desde entonces, ha mostrado una gran energía e inquietud por el deporte. Sus fisioterapeutas le sugirieron la natación desde pequeño, pero su amor por el deporte no se limitó a una sola disciplina: jugaba al fútbol con sus primas mayores y se mantenía siempre activo.
A los cinco años, en el colegio Coca de la Piñera, participó en una prueba de triatlón escolar, descubriendo así su pasión por esta modalidad. Desde entonces, forma parte del Club Deportivo Poseidón y compite con la Escuela Municipal de Triatlón de Utrera. Sin categorías específicas para menores con discapacidad, Óscar competía con niños sin limitaciones físicas, demostrando su gran capacidad y espíritu competitivo.
En una de estas competiciones, tras un pequeño accidente que no le impidió continuar, los jueces notaron que usaba una prótesis. Como resultado, la Federación Andaluza de Triatlón lo convocó al Centro de Alto Rendimiento de Sevilla y lo propuso para el Campeonato de España de relevos mixtos inclusivos en edad escolar, donde su equipo quedó subcampeón.
La carrera prometedora de Óscar
Además del triatlón, Óscar también ha incursionado en el fútbol. Al enterarse de que el Real Betis Balompié estaba formando un equipo de personas amputadas (inicialmente solo para mayores de edad), sus padres contactaron con el club para contar su historia. Impresionados por su talento, lo invitaron a participar en un partido con muletas, para la igualdad de todos los participantes y, tras ver su desempeño, lo incorporaron al equipo.
Durante mucho tiempo, Óscar entrenaba con una prótesis no diseñada para correr, sin el tobillo articulado, cosa que no le impidió destacar en las competiciones pero gracias a una subvención conseguida a través de su club, logró acceder a una prótesis deportiva, lo que mejoró notablemente su rendimiento. En solo dos meses, demostró estar al nivel de otros atletas experimentados con prótesis especializadas, lo que le ha valido el reconocimiento de la Federación, que lo ha alentado a seguir avanzando en su carrera deportiva.
Su esfuerzo y dedicación han sido recompensados con una noticia importante: ha sido propuesto para el prestigioso premio Torre del Oro como mejor deportista sevillano con discapacidad en la Gala del Deporte 2025 de Sevilla. Este reconocimiento es un paso más en su camino hacia el alto rendimiento.
A finales de febrero, Óscar participó en la toma de tiempos de Jóvenes Promesas Paralímpicas en Alcobendas, Madrid, con el objetivo de formar parte del equipo de CaixaBank de Jóvenes Promesas Paralímpicas de Triatlón dejando muy buenas impresiones.
Actualmente, Óscar mantiene un intenso régimen de entrenamientos: tres días de atletismo, dos de natación, uno de fútbol y otro de ciclismo, combinando su pasión por el deporte con sus estudios y clases de inglés. Todo esto es posible gracias al apoyo incondicional de sus padres, quienes han trabajado incansablemente para que tenga las mejores oportunidades para desarrollar su talento.
Para seguir avanzando en su carrera deportiva, Óscar ha creado un perfil en redes sociales donde comparte sus entrenamientos, logros y experiencias. Sin duda, el apoyo de seguidores y posibles patrocinadores será clave para que pueda continuar su camino y alcanzar su sueño de convertirse en un paratriatleta profesional.
Sin duda, Óscar Molino García es un ejemplo de superación y un atleta con un futuro prometedor.