Los primeros trabajos para el inicio de la obras de la calle San Fernando ya han comenzado. En este momento se está procediendo a las mediciones y a la colocación de la señalítica necesaria para el comienzo de la obra.
A partir de la mañana de este martes, 6 de agosto, se ha procedido a cortar el tráfico en horario de mañana, de 08:00 a 15:00 horas, con la intención de incidir lo menos posible en el tránsito de vehículos.
De esta forma el primer corte afectará desde la calle Albarrán hasta la plazoleta donde está el monumento a Santa Ángela de la Cruz, una vez finalizado este tramo, se prolongará ya hasta el Arco de la Villa.
Está previsto que entre este martes y miércoles se informe a los vecinos de las rutas alternativas que se establecerán para el tránsito de vehículos y acceso a cocheras.
Las obras, que afectarán a la calle en su totalidad, contemplan la sustitución del pavimento, red de abastecimiento y saneamiento, así como el soterramiento en cruces de las líneas eléctricas existentes.
Asimismo, se incorporan canalizaciones para completar en el futuro el soterrado de tendidos eléctricos y la instalación de redes de telecomunicaciones.
El proyecto adopta la solución de plataforma única de uso mixto en la zona que combina circulación peatonal y tráfico rodado, es decir, la calle tendrá un solo nivel sin que exista una diferencia de altura entre la calzada y el acerado.
Los márgenes, con diferente anchura a lo largo de la vía, serán de uso exclusivo peatonal con autorización para vados de cocheras.
En cuanto a las instalaciones de abastecimiento y saneamiento, se sustituirán las existentes por redes nuevas acordes a las indicaciones realizadas por Aguas del Huesna, variando la cota de tendido de las instalaciones respecto de las actuales.
Siguiendo la recomendación del Plan Especial del Conjunto Histórico de Utrera, se dispondrá en la calzada situada bajo el Arco de la Villa y zonas aledañas incluidas dentro del ámbito de actuación del proyecto, de un sistema que evite la transmisión de vibraciones producidas por el paso de vehículos que pudieran afectar negativamente al citado inmueble protegido.
Este sistema consiste en situar debajo de la solería de hormigón de la calzada y en sus flancos, una lámina elástica de polietileno reticulado de 10 milímetros de espesor, para amortiguar el impacto que pueda suponer el tráfico rodado.
El proyecto incluye un equipamiento urbano consistente en bancos, bolardos que delimiten las áreas de circulación, aparcamientos para bicicletas, señalización vertical y plantación de arbolado.