La alcaldesa accidental, Mª Dolores Pascual, ha visitado en estos días el Comedor Social del Resucitado, para conocer de primera mano la necesidad del cambio de estas instalaciones a otro espacio mayor en la misma calle, Cristo de los Afligidos, en la que hasta hace unos días prestaban su labor social.
Concretamente, el comedor tiene unas instalaciones municipales cedidas “que resultan del todo insuficientes para la cantidad de atenciones que vienen prestando los miembros del Resucitado y el trabajo que esto supone”. Por ello, tras la unificación de todas las aulas de los Centros de Adultos en la localidad, que en este nuevo curso ya estarán situadas en el nuevo centro de la calle La Palma, “se consideró que las dependencias que el Centro de Adultos dejaba libres en la misma calle, a escasos metros de donde se venía desarrollando el comedor, resultaban las oportunas para continuar atendiendo a las personas con mejores garantías tanto para los usuarios como para los voluntarios”, asegura Mª Dolores Pascual.
Ubicar la cocina era una de las cuestiones fundamentales, ya que hasta ahora disponía de un espacio muy reducido y sin las condiciones de ventilación necesarias, “lo que unido a las altas temperaturas que se registraban con el volumen de comidas que preparamos y el uso de electrodomésticos industriales, hacían prácticamente imposible que pudiéramos seguir allí”, aseguran los responsables del comedor, Dionisio Chuan y José Antonio López. En las nuevas dependencias, la cocina se ubica en una estancia mucho más amplia y ventilada.
Por otro lado, se dispone de más espacio para el propio comedor, así como para la zona donde los usuarios esperan su turno sin tener que guardar cola en la calle. Además, hay mayor capacidad de almacenamiento, “algo fundamental porque si no tenemos un fácil acceso a todos los productos, es más fácil que éstos se caduquen o puedan deteriorarse”, aseguran los responsables.
Por otro lado, la asociación del Resucitado quiere ampliar sus actividades “con la realización de determinados tipos de talleres, especialmente para los niños que son los que más sufren la situación de crisis en sus hogares”. En la actualidad, del total de personas que atienden en el comedor, casi unos 70 son menores que acuden acompañados de sus familias.
Todos los alimentos que se elaboran en estas dependencias provienen del Banco de Alimentos, de las donaciones de diferentes establecimientos comerciales y de particulares. Así como todas las tareas y trabajo que se realizan en estas dependencias son llevados a cabo por personal voluntario.
Tras el traslado del comedor, las dependencias que venían ocupando con anterioridad para este fin serán destinadas a otros colectivos con fines sociales.
