El antiguo monasterio de Consolación ha sido el escenario, una edición más, de la asamblea anual de Caja Rural de Utrera, en la que se presentaron las cuentas correspondientes al ejercicio 2015. Cuentas, que han sido calificadas por su presidente, Antonio Cerdera, como “muy positivas”, a pesar de la situación que atraviesa tanto la economía global como la nacional, y en las que se constata “el buen momento de la sociedad de crédito agrícola local”.
Según explicaba Cerdera la situación de Caja Rural de Utrera es similar a la del resto de entidades del grupo Solventia, a la que pertenece, que “han crecido y mejorado en las principales variables y ratios financieros, siendo en muchos de los casos una mejora superior al resto de la entidades del grupo”.
El presidente de Caja Rural de Utrera explicó que los ahorros y depósitos continúan creciendo, alcanzando la cifra de 161 millones de euros en el ejercicio 2015. Igualmente, la entidad ha aumentado tanto el número como el volumen de la operaciones crediticias concedida en el ejercicio objeto de balance. Otro dato relevante de Caja Rural de Utrera es que el saldo bruto del crédito a la clientela se eleva a 90 millones, un 8,2 % superior al del año anterior a diferencia de la media del sector financiero que ha descendido un 2,8 %. Este crecimiento se ha visto acompañado de una menor morosidad que, a la fecha de cierre del ejercicio de 2015, era de sólo el 2,10%, muy por debajo del 9,4% de media del sistema financiero.
Cerdera explicó a los asistentes a la Asamblea anual que respecto a la cuenta de pérdidas y ganancias obtenida, cuenta la entidad “con un balance y un estilo de hacer banca más rentable que la media del sistema financiero”, habiendo alcanzado un beneficio neto a 31 de diciembre de 2015 por un importe de 918.000 euros.
De dicho beneficio se distribuirán 160.000 euros entre todos los socios, 75.000 euros corresponden al 4 % de remuneración de las aportaciones, 85.000 euros a retornos materializados en nuevas aportaciones, y 758.000 euros a reservas, aumentando los fondos propios y solvencia de la entidad que, al cierre del ejercicio, se sitúa en el 17,9%, más del doble de lo requerido por el regulador. Esta remuneración a los socios es aún más destacable en el escenario actual de tipos de interés muy bajos o negativos.
Antonio Cerdera destacó, también, como muy positivo la ampliación y mejora de la sede social de Caja Rural de Utrera que, en la Plaza del Altozano desde donde se gestionan las 6 oficinas bancarias propias que posee Caja Rural de Utrera, desde la finalización de las obras en el mes de octubre, les ha permitido contar “con unos servicios centrales modernos, amplios y operativos”.
El presidente de la entidad financiera también se refirió en el tramo final de su informe a las previsiones de futuro reconociendo que se espera tanto para el ejercicio actual como en los próximos que “la situación del sistema financiero continúe siendo complicada con bajos tipos de interés, incertidumbre económica e importantes retos tecnológicos”.
Finalmente, Antonio Cerdera agradeció a todos sus compañeros del consejo rector “la labor desempeñada, su compromiso y dedicación”, teniendo un recuerdo muy especial a dos personas muy vinculadas a esta entidad que, durante el último año, han fallecido: Salvador de Quinta Garrobo, escritor y encargado de la obra social y cultural de Caja Rural de Utrera durante muchos años; y Rafael López Gonzálvez, consejero durante más de 30 años, muchos más como socio y durante ocho años desempeñó la vicepresidencia de la entidad.