La red de centros del Servicio Integral de Atención y Acogida del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) ha atendido de enero a junio a un total de 1.084 víctimas de violencia de género en peligro de muerte, 526 de ellas mujeres y 558 menores a su cargo, a quienes ha ofrecido un hogar seguro, además de apoyo psicológico, jurídico, sociolaboral y económico para facilitar la recuperación de una vida normal y libre de violencia. La cifra, según ha explicado la directora del IAM, Carmen Cuello, «es una escalofriante muestra de la magnitud de la violencia machista, que obliga a miles de mujeres a huir de sus hogares ante el peligro de su agresor», si bien también demuestra, ha añadido, la capacidad de los recursos de la Junta, «que garantizan la máxima protección en un momento de mucho riesgo».
La directora ha querido recordar a todas las mujeres que sufren maltrato machista que «cuentan con todo el apoyo de la Junta», que pone a su disposición toda una red de recursos para su protección y atención integral desde el momento en el que piden ayuda. En este sentido, Cuello ha insistido en la importancia de denunciar y, sobre todo, como primer paso, «contar lo que están sufriendo, sin miedo ni vergüenza o sentimiento de culpa», porque «el único que debe sentir culpa y vergüenza es el agresor».
La directora del IAM ha explicado además que la Junta de Andalucía tiene como prioridad la recuperación integral de las víctimas de violencia de género, más allá de su protección y seguridad, “consciente de que la autonomía y la estabilidad psicosocial resultan imprescindibles para impulsar su autoestima, su integración social y la recuperación de una vida normal, independiente y libre de violencia”. En esta línea, el Servicio Integral de Atención y Acogida del IAM, que funciona en Andalucía desde hace 16 años, ha sido referente nacional por su modelo de gestión integral, y ha atendido desde sus inicios a 19.520 mujeres y 24.287 personas dependientes a su cargo víctimas de violencia machista.
La red cuenta con 34 centros de atención y acogida, de los que 9 son centros de emergencia -que dan cobertura inmediata a las necesidades de protección y seguridad de las víctimas-, 8 casas de acogida compuestas por 52 pisos -que, además de acogida, proporcionan las herramientas sociales, psicológicas y jurídicas indispensables para salir de la violencia, con una estancia inicial de alrededor de tres meses-, y 17 pisos tutelados -viviendas independientes para uso familiar, ubicadas en edificios y zonas normalizadas, destinadas a con carácter temporal a favorecer la autonomía de las mujeres, una vez que han pasado por los otros dos recursos-.
El servicio tiene un equipo de personas profesionales que trabajan de manera multidisciplinar con las víctimas, ofreciéndoles terapia psicológica, asesoramiento y acompañamiento jurídico, orientación laboral y apoyo social. El servicio incluye además un programa de 30 becas anuales para la formación a distancia de mujeres acogidas, con el objetivo de mejorar su empleabilidad y nivel de autonomía. Junto a ello, la red desarrolla diversos programas para la atención integral a las y los menores (a nivel psicológico, lúdico, escolar,…) para su plena adaptación al nuevo entorno en el que viven y su total recuperación psicosocial, con el fin de minimizar las secuelas de la violencia machista sufrida durante la infancia.